El sobrepeso en deportistas es una realidad bastante común, más de lo que uno cree. Las causas para explicar esta paradoja son muchas, pero la principal tiene que ver con los malos hábitos alimenticios que suelen mantener los deportistas: comen a deshoras; comen pocas frutas y verduras; beben poca agua; etc. También caen en el error de comer más de lo que necesitan, creyendo que por el sólo hecho de hacer deporte no van a engordar. Craso error.
Sin embargo, las responsabilidades son compartidas. Por un lado, cada deportista que entrena regularmente en su disciplina, debe poner atención a su alimentación, informándose e investigando qué puede y qué no puede comer. Y por otro lado, los entrenadores deben crear pautas y orientar a sus dirigidos sobre qué alimentos los pueden ayudar y cuáles los pueden perjudicar.
Para orientarte en este tema, aquí van algunas pautas a seguir. Pueden parecer simples, pero si les prestas atención y las incorporas dentro del "entrenamiento invisible", pueden ser de gran ayuda.
1. Una persona normal, sedentaria, necesita ingerir alrededor de 1.200-1.500 calorías diarias. Un deportista que entrena en forma habitual necesita alrededor de 2.500-3.500 calorías diarias. Consumir una mayor cantidad de calorías, redunda en un aumento del peso corporal.
2. Intenta agregar "más verde" en tu dieta. Consume más ensaladas. Además de aportar fibra, los vegetales aportan vitaminas beneficiosas para el organismo; los vegetales de hojas verdes aportan antioxidantes, los cuales ayudan a combatir el envejecimiento celular.
3. Reduce la grasa de tus comidas. Prefiere la leche descremada o semi descremada en vez de la leche entera. Saca la grasa visible en la carne. Consume mariscos y pescados, aportan proteínas de buena calidad, sin la grasa de las otras carnes.
4. Prefiere los alimentos cocidos, al vapor o a la plancha. No abuses de las frituras.
5. No te saltes el desayuno, es la comida más importante del día. Distribuye tus comidas durante el día: es mejor comer moderadamente 6 veces al día, que comer abundantemente 3 veces a día.
6. Bebe agua en abundancia. No abuses de las bebidas de fantasía (coca-cola, etc). Si bebes jugo, ojalá sea natural.
7. El pan, los fideos, el arroz, las papas, están dentro de los alimentos que contienen carbohidratos complejos. No debes dejar de consumirlos, pero debes hacerlo con moderación.
8. Trata de evitar la comida chatarra, aporta demasiada grasa y pocos nutrientes. Si no puedes eliminarla completamente de tu dieta, consúmela sólo 1 vez por semana, y en poca cantidad.
9. Si te dan esos "ataques de hambre", en lugar de comer algo sustancioso, cómete una fruta o un yogurt, y bebe abundante agua.
10. La leche aporta calcio, un mineral que ayuda a mantener tus huesos y dientes en óptimas condiciones. Pero además, el calcio participa activamente en el proceso de contracción muscular, por lo que está ligado íntimamente al ejercicio. Como dije anteriormente, prefiere la leche semi o descremada. Si de frentón no te gusta la leche, reemplázala por yogurt, queso o quesillo.
11. Está comprobado que el metabolismo se vuelve más lento cerca de las 8 de la tarde. Por lo tanto, no cenes en forma abundante después de esa hora, ya que si lo haces, la mayor parte de esa comida se transformará en grasa.
12. Trata de mantener un estilo de vida acorde con tu actividad. Evita el cigarrillo y el alcohol.
13. Duerme lo suficiente. No trasnoches a no ser que sea estrictamente necesario, ya que afecta tu rendimiento general y tu ánimo (te pones mal genio). Además impides que tu cuerpo se recupere adecuadamente.
Éstos son algunas pautas simples que puedes seguir. Más adelante trataré algunos temas de nutrición con más detalle. Lo importante es que entiendas que el entrenamiento por sí solo no te sirve de nada si no lo complementas con una nutrición adecuada y hábitos de vida saludables.
Sin embargo, las responsabilidades son compartidas. Por un lado, cada deportista que entrena regularmente en su disciplina, debe poner atención a su alimentación, informándose e investigando qué puede y qué no puede comer. Y por otro lado, los entrenadores deben crear pautas y orientar a sus dirigidos sobre qué alimentos los pueden ayudar y cuáles los pueden perjudicar.
Para orientarte en este tema, aquí van algunas pautas a seguir. Pueden parecer simples, pero si les prestas atención y las incorporas dentro del "entrenamiento invisible", pueden ser de gran ayuda.
1. Una persona normal, sedentaria, necesita ingerir alrededor de 1.200-1.500 calorías diarias. Un deportista que entrena en forma habitual necesita alrededor de 2.500-3.500 calorías diarias. Consumir una mayor cantidad de calorías, redunda en un aumento del peso corporal.
2. Intenta agregar "más verde" en tu dieta. Consume más ensaladas. Además de aportar fibra, los vegetales aportan vitaminas beneficiosas para el organismo; los vegetales de hojas verdes aportan antioxidantes, los cuales ayudan a combatir el envejecimiento celular.
3. Reduce la grasa de tus comidas. Prefiere la leche descremada o semi descremada en vez de la leche entera. Saca la grasa visible en la carne. Consume mariscos y pescados, aportan proteínas de buena calidad, sin la grasa de las otras carnes.
4. Prefiere los alimentos cocidos, al vapor o a la plancha. No abuses de las frituras.
5. No te saltes el desayuno, es la comida más importante del día. Distribuye tus comidas durante el día: es mejor comer moderadamente 6 veces al día, que comer abundantemente 3 veces a día.
6. Bebe agua en abundancia. No abuses de las bebidas de fantasía (coca-cola, etc). Si bebes jugo, ojalá sea natural.
7. El pan, los fideos, el arroz, las papas, están dentro de los alimentos que contienen carbohidratos complejos. No debes dejar de consumirlos, pero debes hacerlo con moderación.
8. Trata de evitar la comida chatarra, aporta demasiada grasa y pocos nutrientes. Si no puedes eliminarla completamente de tu dieta, consúmela sólo 1 vez por semana, y en poca cantidad.
9. Si te dan esos "ataques de hambre", en lugar de comer algo sustancioso, cómete una fruta o un yogurt, y bebe abundante agua.
10. La leche aporta calcio, un mineral que ayuda a mantener tus huesos y dientes en óptimas condiciones. Pero además, el calcio participa activamente en el proceso de contracción muscular, por lo que está ligado íntimamente al ejercicio. Como dije anteriormente, prefiere la leche semi o descremada. Si de frentón no te gusta la leche, reemplázala por yogurt, queso o quesillo.
11. Está comprobado que el metabolismo se vuelve más lento cerca de las 8 de la tarde. Por lo tanto, no cenes en forma abundante después de esa hora, ya que si lo haces, la mayor parte de esa comida se transformará en grasa.
12. Trata de mantener un estilo de vida acorde con tu actividad. Evita el cigarrillo y el alcohol.
13. Duerme lo suficiente. No trasnoches a no ser que sea estrictamente necesario, ya que afecta tu rendimiento general y tu ánimo (te pones mal genio). Además impides que tu cuerpo se recupere adecuadamente.
Éstos son algunas pautas simples que puedes seguir. Más adelante trataré algunos temas de nutrición con más detalle. Lo importante es que entiendas que el entrenamiento por sí solo no te sirve de nada si no lo complementas con una nutrición adecuada y hábitos de vida saludables.